Control Eclesiástico y estatal de la  Sífilis en la Nueva España

Andrea Grisel Villegas Lucio

Introducción

En la Nueva España, la sífilis no fue solo una enfermedad de transmisión sexual, sino un fenómeno profundamente politizado, moralizado, medicalizado llegando hasta ser monopolizado. Más allá del sufrimiento físico que producía en las personas, su aparición activó una red de discursos e intervenciones por parte del Estado colonial y el Santo Oficio, en un intento por controlar tanto los cuerpos como las conductas. La sífilis se convirtió, así, en una expresión privilegiada de las tensiones entre medicina, religión y moralidad.

El presente artículo busca analizar la perspectiva de la sífilis en la Nueva España como un fenómeno donde confluyen discursos médicos, religiosos y políticos, explorando su representación, su tratamiento y su regulación. Partiendo de la premisa de que la enfermedad fue un medio por el cual se reforzó las formas de control social y disciplina miento moral, en una época donde los cuerpos eran leídos como signos visibles del orden, o desorden, divino y terrenal.

La Sífilis

En 1530, el médico italiano Girolamo Fracastoro introdujo el término "sífilis" en su poema Syphilis sive morbus gallicus, donde relataba el castigo que el pastor Syphilus recibió por haber blasfemado contra el dios Sol, siendo castigado con una terrible enfermedad por el dios Apolo.

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual, que también puede contagiarse por contacto con lesiones cutáneas o a través de la placenta durante el embarazo. Si no es tratada, la enfermedad puede evolucionar hacia una fase terciaria, manifestada entre los 3 y 20 años tras la infección, afectando órganos vitales. lo que en muchos casos conduce a la muerte.

Llegada a América

A finales del siglo XV, coincidiendo con los viajes de Cristóbal Colón a las Indias, la sífilis se propagó rápidamente por Europa. Asociando la enfermedad con los pueblos originarios del Nuevo Mundo, sin embargo, en España ya existían registros previos de un padecimiento similar conocida como “enfermedad de las bubas”.

Se documentaron casos en los que algunos españoles, tras mantener relaciones sexuales forzadas con personas nativas, empezaban a tener síntomas en un período aproximado de seis meses. Para los misioneros y la Iglesia católica, la atención a los enfermos de sífilis representaba un doble reto tanto para tratar a los propios peninsulares como a los indígenas.

Se construyeron hospitales dedicados a los infectados, aunque también se permitió cierta tolerancia hacia los curanderos y chamanes, a quienes acudían muchos indígenas. Esta situación generó tensiones entre las prácticas curativas tradicionales y la medicina occidental impuesta por el sistema colonial.

Todo tipo de origines se le dieron a la enfermedad, conocida para 1785 como “el gálico” o  “mal venéreo”. Antonio Sánchez escribió en el libro La América vindicada de la calumnia de haber sido madre del mal venero” diferentes atribuciones del sitio de origen de la enfermedad, siendo Francia, Italia, Medio Oriente, África occidental, Indias Orientales Holandesas o China.

Focos de Infección

El mal venéreo se hizo presente en las costas de Nueva España desde el periodo de la conquista. La llegada de los mercaderes canarios a la costa de Vera Cruz; esta situación fue resultado directo de la prostitución ejercida en los mesones y burdeles de la región. La gran variedad de personas que visitaron los burdeles y mesones durante el periodo novohispano, provoco un crecimiento exponencial de los casos de enfermedades venéreas. Los mesones acogieron a los propios enfermos de todo tipo de dolencias, destacando aquellos que sufrieron el “mal de bubas” o sífilis.

El cirujano veneciano Pietro Ronzoni, creo en Veracruz en el año 1662, un hospital dedicado al tratamiento de enfermedades venéreas y cirugías, contando con una sala especializada para los enfermos del mal de bubas. Del mismo modo, las practicas con curanderas dentro de los mesones tuvieron importante presencia de la mano de figuras como Catalina de Mendoza, alias la pilota, a la cual recurrieron figuras novohispanas importantes como el Almirante Fernando de Sosa y Suárez.

Regulación de tratamientos venéreos.  

Ya en 1527, el ayuntamiento emitió un mandamiento para prohibir que las personas se sometieran a estos tratamientos sin haber sido vistas previamente por un médico, est En 1539, el obispo Juan de Zumárraga se pronunció en contra de la participación de brujos o charlatanes en la medicina, promoviendo la intervención médica autorizada. Ya en 1527, el ayuntamiento había nombrado al médico Pedro López como protomédico, con la tarea de inspeccionar a quienes pretendían aplicar tratamientos médicos y otorgar los permisos correspondientes.

Sin embargo, dicha medidas no siempre fueron acatada, y existen registros de casos tan tardíos como 1775 donde no sólo se condenaba a los individuos por el tratamiento en sí, sino también por los métodos utilizados, los cuales llegaban incluso a ser considerados actos de sodomía. Tal es el caso del preso Manuel Francisco Arroyo, un operario en una mina, acusado por sus prácticas médicas irregulares: 

[…]lo que practicó el confesante,  

y tambien le hizo llamar del semen con la mano, y lo recogio 

 en un paño para que lo reconociese el medico, y venir en conoci 

m[ien]to.Si tenía algún daño, ó era mala propiedad de d[ic]ho Joseph  

Ant[oni]o. Y con efecto reconocido por el citado medico, le dixo, que  

[…] 

tenia daño, y mandó al declarante, que lavara al paciente con la 

 boca, tomándole antes la bocanada de aguardiente alcanforado, y tam- 

bien lo practicó el declarante como en treinta ocasiones hallandose  

en la Cama acostado con el expresado J[ose]ph Ant[oni]o. luego q[ue] se acostumbran  

a  efecto llevaba prevenido los medicam[en]tos, que daba el Doctor  

Moreno diciendo: "lávese el miembro de dicho Joseph Antonio y limpiándolo  

con la lengua; Y Que tambien executó lo mismo en dos veces por con- 

sejo del citado Medico en la forma referida tomando en la boca una 

yerba (cuyo nombre ignoras por no haberlo d[ic]ho el médico) con cuyo zumo 

que dependia le hacía el lavatorio.

 

Este caso ilustra no sólo las maneras en que podían juzgarse ciertas prácticas médicas, sino también cómo estas podían ser malinterpretadas, siendo finalmente consideradas como sodomía debido al método empleado

Conclusión

Estudiar la sífilis específicamente en el periodo de la Nueva España permite entender cómo una enfermedad que lejos de ser solo una afección médica, operó como un dispositivo que articuló discursos morales, prácticas de exclusión y estrategias de poder y eclesiásticas. La sífilis, revela tan solo uno de los límites y contradicciones del Estado ante sus intereses de la Corona, la medicina oficial y la Iglesia, en una lucha no solo contra la enfermedad, sino también contra formas de educación, saber, curar y de vivir que escapaban al control institucional. Comprender todo el proceso que tuvo esta enfermedad es de suma importancia no solo por el bien de la salud sexual, si no también porque nos da una perspectiva de tanto la sociedad como las instituciones, tomaban acciones en respecto a este tipo de enfermedades 

 

Referencias

Cirujanos, Barberos Y Sangradores En La Nueva España Del Siglo XVI” en Saberes. Revista De Historia De Las Ciencias Y Las Humanidades, Volumén 1 (1). (2017). 141-58. https://www.saberesrevista.org/saberes/article/view/27. 

García de León Griego, Antonio. “Comercio, amor y buena fortuna: vínculos mercantiles y amorosos entre las Canarias y Nueva España XXII” en Coloquio de Historia Canario-Americana. Volumén 22 - 077. (2016), 3-9. 

Márquez Morfín, Lourdes, y Margarita Meza Manzanilla. “Sífilis en la Ciudad de México: análisis                       osteopatológico” en Cuicuilco. Volumen 22 (63). (2015): 89–126  https://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-   16592015000200005&script=sci_arttext. 

Sánchez Valverde, Antonio, La America vindicada de la calumnia de haber sido madre del mal Venereo. Madrid: Imprenta de Don Pedro Marin, 1785.