
El uso político del fútbol en la España franquista
Ariel Alejandro Pérez Cázares
Introducción
En este artículo se buscará conocer el papel del fútbol en España durante el régimen franquista, entender ¿Qué uso le dio el régimen al fútbol?, ¿De qué problemas fue solución el deporte para el gobierno español?, ¿Hubo quienes se opusieron a la forma en que Franco usaba al fútbol? Y, por último, ¿Cuál fue el impacto en el ámbito futbolístico de esta oposición al régimen franquista?
Ciertamente ha habido estudios que abarcan los sucesos ocurridos en este campo (el fútbol) durante el franquismo. Sobre la relación del deporte y el régimen se ha escrito mucho material bibliográfico, libros o artículos, tanto de medios deportivos, como MARCA, como de instituciones dedicadas a la investigación histórica, siendo este tema un pilar importante en la cultura futbolística en España.
Esta época en el fútbol español generó las bases para algunas de las rivalidades y tradiciones en la cultura futbolística de España, el objetivo de este texto es entender, a parte del papel que tuvo el deporte, el contexto que llevó al régimen a tomar la decisión de utilizar al fútbol y cómo esta decisión formó muchas de los elementos que hoy componen el apartado cultural del fútbol español.

España y la Segunda Guerra Mundial
No participar en la Segunda Guerra Mundial fue clave en la construcción del nacionalismo franquista en España. Aunque se suele considerar que España se mantuvo neutral, en realidad Franco contempló la posibilidad de unirse al conflicto. Entre el otoño de 1940 y la primavera de 1941, sostuvo negociaciones con Hitler y Mussolini, buscando beneficios estratégicos para su régimen.
Después de varias negociaciones, el 7 de diciembre de 1940 Franco le notificó a Hitler que no participaría en la guerra, “[…] hizo ver que no se trataba de una cuestión de fechas, sino de la insuperable debilidad española. La falta de alimentos era el problema. […] Franco ya no negociaba, se estaba negando a participar.” [1]
España había quedado sumamente debilitada tras la guerra civil, “la población (25,8 millones en 1940) estaba diezmada tras una guerra devastadora (300,000 muertos y 400,000 exiliados), y al menos la mitad podía clasificarse cómo hostil (en 1940 había casi medio millón de presos políticos.)”(2) Es esta crisis por la que España se vio obligada a mantenerse neutral y no apoyar a ningún bando, pese a simpatizar con la ideología de las potencias del eje.
Además, aunque Franco mantenía su postura de estar en contra del comunismo soviético, España se quedó fuera del plan Marshall. Esta es la razón por la que aceptó recibir ayuda por parte de Estados Unidos a cambio de colocar bases militares americanas y así mantener cercanía con Rusia, acuerdo que no impidió el aislamiento de España.
La salida más rápida
Franco debía combatir el aislamiento internacional y mejorar la imagen de España ante Europa. Para ello, necesitaba una victoria que proyectara una imagen de fortaleza y progreso. Es en este contexto, Franco identificó el fútbol, el deporte preferido del pueblo español y más popular en Europa, como una herramienta clave para mejorar la imagen del país. Un equipo nacional exitoso podría proyectar estabilidad y fortaleza, ayudando a mitigar la percepción de una España debilitada.
Desde antes de ganar la guerra civil, el ejército franquista ya tenía una selección española de fútbol. “El hecho de que los franquistas destinaran recursos a formar una selección nacional de fútbol en plena guerra civil nos indica que los rebeldes tuvieron muy claro, desde un principio, que querían hacer un uso propagandístico del fútbol con fines políticos.”(3)
El partido amistoso entre España y Alemania en Berlín en 1942 reflejó el uso del fútbol como herramienta de propaganda por parte del franquismo. El régimen buscaba reforzar el nacionalismo español y su alineación ideológica con las potencias del Eje, lo que se evidenció en la imposición de símbolos franquistas en la selección nacional. Según la RSSSF, el encuentro terminó con un empate 1-1.
En este sentido, es más sencillo crear una identidad española utilizando un cuerpo nacional ya creado y aceptado por el pueblo como lo es la selección. El régimen realizaría cambios significativos a la selección, cambiando los colores de rojo a azul y exigiendo a los jugadores que realizaran cantos fascistas al inicio de cada encuentro.(4)

La peculiar lucha mano a mano contra el comunismo
Una de las posturas políticas que el régimen impuso en España es el estar en contra del comunismo, para imponer esta postura también fue utilizado el fútbol, realizó cambios en la selección, cambiando los colores de rojo a azul y exigiendo a los jugadores que realizaran cantos fascistas al inicio de cada encuentro [4]. En el año de 1964, Franco tuvo en sus manos una excelente oportunidad, después de haberse declarado enemigo jurado del comunismo, el fútbol le brindaba un panorama en el que podía ganarle la partida a la doctrina que él tanto odiaba.
El 21 de junio de 1964, se disputaba en Madrid la final de la Eurocopa de Naciones. El combinado nacional más fuerte de esta edición terminó siendo el de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el cual logró llegar a la final, dejando en el camino a Italia en octavos por un 3-1 global, a Suecia en cuartos por un 4-1 global y a Dinamarca en semifinales por un 3-0 a un solo partido.
El rival de los soviéticos sería nada menos que la España franquista, una selección que usaba todos los elementos políticos que contradecían la ideología comunista. España llegaba a la final habiendo jugado una serie más que la URSSS, en la primera fase aplastó a Rumania con un marcador global de 7-3, luego en octavos venció a irlanda del norte por un global de 2-1, en cuartos destrozó a la República de Irlanda con un aplastante marcador global de 7-1 y en semifinales a un partido venció a Hungría por 2-1.
La gran final llevaba tintes de ser más que un partido de fútbol, o al menos así lo veían Franco y su junta, ya que consideraban que “[el] partido había que ganarlo a cualquier precio, y que no se estaban enfrentando a un equipo sino al enemigo de España, el comunismo”[4]. Después de ganar el torneo derrotando por 2-1 a la Unión Soviética, Franco tomó este triunfo como una clara demostración de que el fascismo era superior al comunismo y, por lo tanto, su España fascista era superior a cualquier otro régimen externo. Cómo era de esperarse, utilizó este trofeo para fomentar aún más el ultranacionalismo que tanto se había esforzado por instaurar.
El equipo del régimen
Franco convirtió al Real Madrid en el equipo insignia de su régimen, otorgándole un respaldo institucional que lo consolidó como el club más importante de España. Los diarios nacionales promovieron su imagen, sus partidos fueron ampliamente retransmitidos y se favoreció la llegada de jugadores estrella. Con el tiempo, el club alcanzó un éxito que aún hoy sigue siendo referente en el fútbol mundial.
El presidente del club era Santiago Bernabéu, un excombatiente de los rebeldes en la guerra civil, quien era muy cercano a Franco. Su gran impacto en Europa fue la creación de la UEFA, quien se encargaría de crear una competencia europea de clubes y en 1954 se crea la Champions League, en la cual el Real Madrid fue el principal dominador. De esta forma podían mejorar la opinión de las potencias acerca de la capacidad de España para relacionarse y aportar a la unión europea y al mundo.

Rivales y detractores, el nacimiento del mayor clásico del mundo
Si hay un club en España que ha rivalizado históricamente con el Real Madrid, ese es el FC Barcelona. Representante de los ideales catalanes y símbolo de la resistencia contra el centralismo español y el franquismo, el equipo blaugrana no solo logró consolidarse como uno de los más exitosos del país, sino que también se convirtió en el principal adversario del Real Madrid.
Más allá de la competencia deportiva, la identidad del club catalán chocó con la imagen ultra-centralista que el Madrid terminó por encarnar, convirtiendo esta rivalidad en un enfrentamiento ideológico que trascendió el ámbito futbolístico.
En Cataluña se vivía un ambiente de hostilidad hacia todo lo que tuviera que ver con separatismo, se prohibían banderas, colores, escudos y se fusilaba a todo el que no estuviese dispuesto a abandonar el separatismo catalán.
La primera medida fue un decreto contra el club que lo obligaba a cambiar el nombre de Football Club Barcelona al de Club de Fútbol Barcelona. El nombre del Barça reconocía sus orígenes ingleses, suizos y demás extranjeros que junto con los catalanes españoles habían formado el club. Pero para el régimen el uso del inglés constituía una amenaza al sentimiento nacional español. [5]
Al final, el régimen le terminó por arrebatar la identidad al Barcelona, depurando directivos y modificando sus elementos tradicionales (3). Por estas imposiciones gubernamentales, el Barça terminó por volverse un símbolo de resistencia catalana ante la enorme influencia de Franco, si bien el régimen había tomado al club, el estadio del Barça era el único lugar en el que no se podía evitar que la gente hablase catalán. [5].
Conclusión
En ocasiones se ha llamado al fútbol como el reflejo de la sociedad, sin embargo, hemos visto que el fútbol funciona más como un lienzo para la sociedad, un lugar en donde individuos de todas las clases interactúan y comparten sus ideologías en la cancha, ha sido utilizado para fines diversos a lo largo de la historia, como ya observamos en el caso del fútbol español, el cual fue utilizado como propaganda para los ideales fascistas del régimen de Franco.
Se puede considerar que la falange y Franco terminaron por lograr su cometido, lograron que España obtuviese un reconocimiento internacional y que se mirara al Real Madrid cómo símbolo de pureza y superioridad natural, destacando la resistencia al régimen que representó el FC Barcelona y la intensa rivalidad ideológica y deportiva que mantuvo con el club madrileño, dejando como legado el Clásico Español, para muchos el mejor clásico del mundo.
Referencias
- del Olmo, J. (2013). El dilema de la recién nacida UEFA: Copa de Campeones de Liga o Copa de Ciudades en Ferias. Primera parte. Cuadernos de Fútbol. (42).
- Fontanarrosa, G. (2011). [Tesina de licenciatura, Universidad Católica de Santa Fe]. https://www.academia.edu/3744195/F%C3%BAtbol_y_Pol%C3%ADtica_la_cuesti%C3%B3n_de_la_identidad_en_Catalu%C3%B1a?source=swp_share [5]
- Fontanarrosa, G. (21-23 de noviembre de 2012). Autoritarismo y fútbol: la España franquista y la Junta Militar argentina. [Presentación en papel]. IV Congreso de relaciones internacionales, La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/40227 [4]
- García Pérez, R. (1996). España en el Eje: la beligerancia y la opinión de los historiadores en Contreras, D. España y la Segunda Guerra Mundial. Editorial Complutense. (pp. 11-37). [1]
- Los resultados de todos los partidos incluidos en este trabajo fueron consultados en The Rec.Sport.Soccer Statistics Foundation. (https://www.rsssf.org/)
- Moradiellos, E. (2016). España y la Segunda Guerra Mundial: entre resignaciones neutralistas y tentaciones beligerantes. En Navajas, C e Iturriaga, D. SIGLO. V Congreso Internacional de Historia de Nuestro Tiempo (pp. 55-74). Universidad de la Rioja. [2]
- Quiroga A. (2019). Así también se hace Patria. Fútbol y franquismo en Cataluña y el País Vasco (1939-1977). HISPANIA NOVA. Primera Revista De Historia Contemporánea on-Line En Castellano. Segunda Época, (17). 270-305. https://doi.org/10.20318/hn.2019.4523 [3]